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miércoles, 9 de enero de 2013

Inocencia perversa


Irène Némirovsky, El baile (1930)

Irène Némirovsky fue una escritora ucraniana nacida el 11 de febrero de 1903 en Kiev y fallecida el 17 de agosto de 1942 en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, en Polonia. Hija de un banquero judío recibió una educación exquisita, aunque tuvo una infancia infeliz y solitaria.Fue educada por una institutriz francesa. Era políglota, dominando, además del francés y el ruso, el polaco, el inglés, el euskera, el finés y el yiddish. Vivió durante parte de su vida en Francia y sus obras se escribieron en francés. Tras huir de la revolución bolchevique, después de unos años escondidos en Estocolmo, los Némirovsky llegaron a Francia en 1919 donde Irène obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona. 


Cartel de la película "David Golder" (1930)
A los 18 años comenzó a escribir. Se casó con un banquero y en 1929 envió su primer novela, David Golder, a la editorial Grasset dando comienzo a una brillante carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. . De esta novela se hicieron en 1930 adaptaciones para el teatro y el cine. Irène Némirovsky se transformó en consejera literaria y amiga de autores como Joseph Kessel y Jean Cocteau.

Siendo una escritora que escribía en francés, reconocida e integrada en la sociedad francesa, el gobierno de este país, sin embargo, rechazó su petición de nacionalización en 1938, en una actitud de antisemitismo. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se había convertido al catolicismo en 1939. Irene fue deportada a Auschwitz, donde murió de tifus el 17 de agosto de 1942. Su marido también fue deportado a Auschwitz y al poco tiempo de llegar, asesinado en la cámara de gas el 6 de noviembre de 1942.
Después del arresto de sus padres, Denise y Élisabeth Epstein vivieron escondidas durante la guerra, ayudadas por amigos de la familia y llevando siempre la valija con los manuscritos inéditos confiados por su madre, entre ellos la Suite francesa. Fue publicada en el 2004. Recibió el Premio Renaudot a título póstumo.


El baile, Ed. Salamandra.
El baile se publicó en 1930, cuando la autora ya empezaba a ser una escritora conocida después del éxito de su primera novela. El baile narra el difícil paso a la edad adulta de una joven de catorce años. La familia Kampf, gracias a un golpe de fortuna en la bolsa, se han convertido en unos nuevos ricos que sólo buscan el reconocimiento por parte de la alta sociedad parisina de comienzos de siglo. Sin embargo, esta situación llena de pesar a su única hija Antoinette ya que las obligaciones y sumisiones por parte de su madre se suceden en su nueva vida. Cuando los padres deciden organizar un baile para presentarse ante lo más granado de la sociedad parisina y excluyen del acontecimiento a su hija, ésta buscará la manera de vengarse de ellos, sometiéndolos a una gran humillación. 

Lo realmente significativo de esta novela no es la historia narrada sino la visión despiadada de una sociedad individualista, egoísta, hipócrita y malvada ejemplificada en esta familia de nuevos burgueses. La obra denuncia los medios utilizados por estos individuos para establecerse y llegar a ser reconocidos por sus pretendidamente iguales, sin importarles las consecuencias. Esta anotación de la autora en la que comenta que no le interesa reflejar los grandes hechos históricos, "sólo hay que rozarlos, mientras se profundiza en la vida cotidiana y afectiva y, sobre todo, en la comedia que eso ofrece", sería una excelente definición para esta novela. 
La autora utiliza la ironía y el sarcasmo para retratar el arribismo social tan presente en la mente de los nuevos ricos. La escena donde se redactan las invitaciones para el baile deja al descubierto las vilezas del matrimonio y de una sociedad en la que impera, por encima de todo, las falsas apariencias y la hipocresía. La crítica social es, pues, uno de los motivos fundamentales de esta obra aunque no el único ya que la autora plasma de forma magistral el dolor de la joven frente al rechazo de sus padres y los deseos de venganza que van a guiar su conducta hasta el final. De esta forma, la necesidad de autoafirmación infantil, en su confrontación con la autoridad materna, será otro de los motivos de la obra.

Imagen del filme "Le Bal" (1931)
El retrato de los protagonistas es otro de los grandes aciertos de esta novela. La autora realiza una certera  indagación psicológica de cada uno de los personajes principales de la trama. El matrimonio Kampf es presentado como una familia vulgar, adinerada, egoísta, narcisista, cursi que no pueden ocultar su origen zafio cuando surge el problema. Les mueve la única ambición de integrarse al precio que sea en las altas estructuras sociales del París de principios de siglo. Su hija, Antoinette, marca la tensión narrativa de la historia ya que es el contrapunto que necesita la trama para que estalle el conflicto. Su relación con los adultos establece la pauta de la narración. El lector es testigo desde el principio de  los sentimientos de una joven que oscilan entre el amor, el odio, la envidia, el deseo, la frustración, el rencor. Durante el transcurso de la narración, Antoinette descubrirá la debilidad y las deficiencias de los mayores. Madre e hija son dos seres prisioneros de un mundo de apariencias que se encuentran solas e incomunicadas ya que la sociedad no atiende sus demandas. El ambiguo e inquietante final, escondido bajo un manto de falsa sentimentalidad muestra la evolución de estos dos personajes, contribuye a definir su carácter y nos muestra el triunfo de una joven que ha llegado a la edad adulta de forma abrupta.

Las difíciles relaciones de Irene con su madre son el eje central de muchas de sus novelas y esta no es una excepción.  Madame Kampf oculta a su hija para que la sociedad no pueda saber su verdadera edad. Una parte de la crítica vio en esta obra el deseo de la autora de saldar cuentas con una infancia infeliz, solitaria y desdichada en donde la figura de la madre brilló por su ausencia.

Esta obra ha sido definida en muchas ocasiones como “un prodigio de exactitud, una maquinaria narrativa que funciona con implacable determinación”. Y esto se debe a que su argumento nos traslada desde las primeras líneas esa tensión desasosegante e insoportable entre madre e hija. El relato incorpora de forma gradual toda una serie de elementos precisos (el desdén de la madre, el absentismo del padre, la forzada resignación de la institutriz, el ritmo vertiginoso, la acción condensada, etc.) para que el lector siga con avidez una historia que se manifiesta tensa desde el principio hasta el ansiado final con el objetivo de retratar una sociedad y unas conductas reflejo de un tiempo y una época en absoluto ejemplarizantes.


Algunas críticas insisten en que la obra aborda también otras cuestiones no menores como es la religiosa, muy presente en una Centroeuropa que veía con temor y preocupación la llegada de Hitler al poder en Alemania. La misma familia de Némirovsky se había convertido al cristianismo temiendo la represión contra los judíos y la familia Kampf en la obra se convierte también al cristianismo para escalar al poder.  “para avanzar en este mundo no hay más que seguir al pie de la letra la moral del Evangelio (…)  Si te dan una bofetada, pon la otra mejilla… El mundo es la mejor escuela de humildad cristiana.” Suspicaz la ironía de la autora hacia estos argumentos del cristianismo en una sociedad que no vería con muy buenos ojos el ascenso económico de algunos de los miembros del pueblo judío. 


Danielle Darrieux

Esta obra también tuvo su adaptación al cine, consagrando a una de sus actrices, la entonces desconocida Danielle Darrieux que con sólo catorce años protagonizó esta película dirigida por Wilhelm Thiele en 1931 con el título de Le Bal


martes, 6 de noviembre de 2012

Ilusoria amistad

El último encuentro (1942) Sandor Marai.



Sándor Márai. Periodista y escritor húngaro, está considerado como uno de los grandes escritores en lengua húngara de todos los tiempos y una de las figuras claves en la literatura europea de entreguerras. Su biografía y su obra tiene grandes similitudes con Stefan Zweig y además en su obra podemos encontrar ecos de autores como JosephRoth, o incluso de Thomas Mann
Nació en 1990 en Kassa, una pequeña ciudad húngara hoy perteneciente a Eslovaquia. Descendiente de una familia acomodada de origen sajón, su padre era juez y político, Sándor   estudia humanidades y literatura en la Universidad de Budapesty  y a partir de 1918 trabaja como editor y crítico literario en esta ciudad. Un año después se instala en Leipzig donde estudia periodismo y ejerce de redactor en varias publicaciones.
Durante la década de los años 20 Márai, disconforme con el gobierno del simpatizante fascista Miklós Horthy, vive un exilio voluntario entre Alemania y Francia. En París convive con algunos de los representantes más destacados de las vanguardias estéticas del momento. Al derivar Europa hacia el fascismo con la subida al poder de Hitler, Marai, casado desde los 23 años con una dama judía, a la que amó profundamente durante sesenta años, decidió que era el momento de partir al exilio. 

En 1928 se instaló en Budapest donde empieza a escribir y publicar novelas, con gran éxito. Aunque alabó los Acuerdos de Viena, escribió contundentes artículos en contra del nazismo y se declaró "profundamente antifascista", algo poco recomendable en la Hungría del momento pero que le hizo crearse un público favorable a su retorno. No obstante, su inmensa fama lo tuvo a salvo de represalias de calado.
Cuando en 1948 el ejército soviético invadió Hungría Sándor, que también era contrario a los regímenes comunistas, fue declarado escritor decadente y burgués y sus libros fueron prohibidos. Abandona, entonces, su país harto del totalitarismo para exiliarse primero en Suiza y después en Italia. Entre 1948 y 1967 Márai colaboró en la Radio Free Europe. La prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea. Así, habría que esperar varios decenios, hasta la caída del comunismo en los países del Este, para que este escritor fuese redescubierto en su país y en el mundo entero. En 1968 se instaló definitivamente en la localidad californiana de San Diego. Se quitó la vida en esta ciudad en 1989, pocos meses antes de la caída del muro de Berlín.


Tras iniciar su carrera escribiendo en alemán, Márai decidió usar su lengua natal para desarrollar su obra literaria. Aunque Sándor Márai destacó sobre todo por su obra narrativa, también escribió poesía, teatro y ensayo, además de múltiples colaboraciones periodísticas, entre las que se encuentran algunas de las primeras reseñas sobre las obras de Franz Kafka. De estilo realista y descarnado, se le comparó con Mann y Zweig, disfrutando de gran éxito en toda Europa durante los años 30.
En sus novelas Marai analiza la decadencia de la burguesía húngara durante la primera mitad del siglo, en títulos como Divorcio En Buda (1935), La herencia de Eszter (1939), La AmanteDe Bolzano (1940) o El último encuentro (1942) Además, sus diarios y memorias Confesionesde un burgués (1934) y ¡Tierra, tierra! (1972), resultan indispensables para conocer la Hungría invadida por alemanes o soviéticos en la primera mitad del siglo XX.



El último encuentro es una novela corta que narra el reencuentro de dos amigos después de cuarenta y un años de distanciamiento, luego de haberse tratado como hermanos desde pequeños, cuando compartían internado en una escuela militar. La acción se desarrolla durante una cena en una apartada mansión del campo en la que los personajes analizan lo que ha sido su vida. Y, sobre todo, el papel desempeñado en su relación por la mujer de uno de ellos, ya muerta. La novela está ambientada en un imperio austro-húngaro ya en decadencia.

El tema principal de la obra es la amistad ya que todo gira en torno a esta. Esta novela ha sido definida muchas veces como un “alegato a favor de la amistad”. Pero en la obra nos encontramos con muchos otros temas como la verdad, el honor, la fidelidad, la culpabilidad, la traición, el amor, el valor, etc. aspectos todos ellos que nos dirigen a lo más profundo del alma humana.

Los protagonistas de la novela son dos amigos que comparten en su juventud vivencias y un futuro profesional común. Sin embargo, las diferencias sociales y un carácter muy diferente crean entre ellos una muralla difícil de salvar. Además, estos dos personajes tienen anhelos muy distintos. Kònrad es un espíritu artístico que ansía una vida ligada al arte, a la música y que se ve prisionero en un mundo de rígidas y ancestrales costumbres sociales y militares. Es un personaje atormentado que no se ve capaz de romper las ataduras que le ha creado su familia de ascendencia noble pero venida a menos.  Henrik es el contrapunto de su amigo. De nobilísima ascendencia, aspira a perpetuar sus privilegios de clase y a vivir de acuerdo con los ideales de su padre. Pero ambos personajes admiran y envidian en muchos momentos lo que otro posee.

Kònrad emprenderá un viaje errante que lo llevará por exóticos países mientras que Henrik esperará paciente en su decadente mundo el regreso del amigo para llegar a una verdad que ni él mismo sabe si quiere averiguar. Los dos contemplarán el ocaso de una sociedad y de un mundo (el imperio austro-húngaro) que ya no volverá a ser el mismo.

Aunque los personajes protagonistas son los dos amigos, en la obra nos encontramos una galería imborrable de personajes femeninos que se nos muestran en las figuras de Kriztina, la sirvienta Niní o la madre de Henrik.

La forma que adopta la obra es la de un diálogo entre dos personajes aunque en realidad a lo que asistimos es a un largo monólogo de uno de los personajes ya que el otro es un mero interlocutor que simplemente mantiene en pie la conversación desde la recepción del discurso. Y será en este largo monólogo en el que se desgranen todos los temas de la novela y conozcamos los recovecos más íntimos y las pasiones del alma de los protagonistas. En el último encuentro encontramos muchos de los rasgos característicos propios de la obra de Sandor Marai, esto es:

             
Sándor Marai, al igual que Zweig o Zilahy es magnífico explorador de las pasiones de la naturaleza humana que en sus obras va desmenuzando lentamente según transcurre la narración. Las novelas del autor son estupendos retratos psicológicos de sus personajes.

La narración es lenta, demorada, con parlamentos largos y pensamientos reiterados que provocan la reflexión del lector sobre los aspectos más diversos de la condición humana.

El autor es una gran retratista de pasiones pero también de escenarios y de ambientes. Las descripciones son tan pormenorizadas y detallistas en toda la obra que las escenas se presentan ante el lector de forma muy vívida y realista.

Su estilo es realista y descarnado. El  lenguaje que utiliza es preciso, rico en matices y sugerencias, adecuado a las emociones y carácter de los personajes.

El sabio manejo de los tiempos de la narración lleva al autor a graduar la historia en un tiempo in crescendo que mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Su obra es el reflejo de una sociedad en decadencia que ha perdido los tradicionales  valores del respeto, la dignidad, la fidelidad y el honor  y que se encamina inescrutablemente hacia una decadencia que marca el declive de una época pero también de todo un mundo y un siglo.

La teatralidad de esta obra es también un rasgo muy significativo de otras novelas del autor que sustentan su estructura en uno de los pilares de la dramaturgia, el diálogo o la suma de monólogos que es esta obra.


Para terminar una cita del libro que podría ser cualquier otra ya que la novela está plagada de frases y párrafos extraordinarios que nos invitan a reflexionar sobre la condición humana y las relaciones que se establecen entre las personas:

https://www.youtube.com/watch?v=mNR1OAG1x8k&feature=related
“¿Qué queda en nuestros corazones? –pregunta el invitado.
- La otra pregunta –responde el general, sin soltar el picaporte-. Y la otra pregunta se reduce a saber qué ganamos nosotros con toda nuestra inteligencia, con toda nuestra vanidad y con toda nuestra superioridad. […] Pero en el fondo, quizás el último significado de nuestra vida haya sido esto: el lazo que nos mantuvo unidos a alguien, el lazo o la pasión, llámalo como quieras. ¿Es ésta la pregunta? Sí, ésta es. Quizás que me dijeras –continúa, tan bajo como si temiera que alguien estuviera a sus espaldas, escuchando sus palabras- qué piensas de eso. ¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano? ¿Qué así de profunda, así de malvada, así de grandiosa, así de inhumana es una pasión? Respóndeme, si sabes responder –dice elevando la voz, casi exigiendo.
-¿Por qué me lo preguntas? –dice el otro con calma-. Sabes que es así.”


miércoles, 17 de octubre de 2012

Doloroso lirismo

Primavera mortífera. Lajos Zilahy.


Lajos Zilahy
Lajos Zilahy (Salonta, Hungría, 1891-Novi Sad, Yugoslavia, 1976) es, junto con SándorMárai, uno de los más importantes y más leídos escritores húngaros del siglo XX. Novelista y dramaturgo, sus extraordinarias novelas son un retrato único de la vida centroeuropea de su tiempo. Dotado de una minuciosa capacidad de observación que dejó plasmada en casi todos sus escritos, destacó sobre todo por un puñado de novelas que, traducidas a muy diversos idiomas, se difundieron como auténticos best-sellers por todo el mundo durante la primera mitad del siglo XX.

Estudió Derecho en la Universidad de Budapest antes de servir en el ejército austro-húngaro durante la Primera Guerra Mundial. Esta experiencia le sirvió para escribir una de sus obras más conocidas y que más éxito internacional le dio, Las cárceles del alma (traducida ahora como Dos cautivos). Posteriormente fue periodista en París y Londres. De regreso a su país, escribió novelas de gran éxito en las que realiza un análisis de la sociedad de su época lleno de sátira.  Primavera mortal  (1922), Algo flota sobre el agua (1928), El desertor (1931), El alma se apaga (1932) y La ciudad errante (1939) son algunas de las obras de este período. El autor centra su atención en los problemas morales y las vicisitudes sociales que envolvían a las clases burguesas europeas del período de entreguerras, aunque posteriormente se fue decantando por el análisis de otros grandes grupos sociales de poder, como la aristocracia y las altas esferas financieras. 

En 1930 se casa con Piroska Bárcy, hija del alcalde de Budapest. Sus convicciones democráticas lo forzaron al exilio en 1948 junto a su amigo, el también conocido novelista, Sándor Márai. Lajos Zilahy abandona Hungría en 1947, y se establece en Estados Unidos, donde escribe sobre su país de origen y su juventud, abandonando el papel más combativo que había adquirido en la etapa anterior. Cultiva una prosa bastante menos ácida en su sátira social, ahora suavizada por la evocación nostálgica de tierras lejanas y tiempos pasados. De esta época es una de sus obras más conocidas, Los Dukay, una trilogía de novelas no escrita en orden cronológico que narra la historia de una ficticia familia aristocrática desde la época de Napoleón hasta la mitad del siglo XX, a la que corresponden las novelas El siglo feliz (1960), Crepúsculo cobrizo (1949) y  El ángel enfurecido (1953). 

Lajos Zilahy nunca volvió a Hungría, murió en Novy Sad (Serbia) donde tenía una casa a la que acudía frecuentemente. Sus cenizas fueron llevadas a Budapest tal como había establecido en su testamento. 

Primavera mortífera es la primera novela del Lajos. Ahora la Editorial Funambulista está recuperando toda la obra de este autor en la colección Biblioteca Lajos Zilahy. 
La novela narra, en forma epistolar, el drama existencial de un joven aristocrático de provincias de la Hungría de principios de siglo por causa de un amor frustrado. El protagonista escribe una carta a un amigo de la infancia donde le relata sus vivencias y los motivos de la situación desesperada en la que se encuentra. La novela está ambientada en Hungría y el marco que la rodea es la Europa decadente de comienzos de siglo que camina inexorablemente hacia la primera guerra mundial. 

La novela ha sido definida como una obra maestra de la novela clásica de amor. Algunos de los elementos más destacados de esta obra serían:

  • La perfecta construcción de una trama que nos va desvelando poco a poco los detalles de la historia y las vivencias del protagonista.
  • La reconstrucción de un escenario (Budapest en particular y Hungría, en general) de grandes contrastes que se precipita hacia su decadencia.
  • La plasticidad de las descripciones que establecen una interesante relación entre naturaleza y estados de ánimo, como en las más características obras románticas.
  • La delicadeza e intensidad de las emociones y pasiones descritas que nos muestran toda una galería de sentimientos opuestos pero complementarios como son el amor, los celos, la cólera, la ambición, el deseo, la pasión, la fascinación, el desprecio, etc. que nos habla de la naturaleza humana con sus fortalezas y debilidades.
  • El lenguaje sutil, poético, delicado, preciso pero, en muchas ocasiones, alambicado y bastante remilgado.
  • El ritmo narrativo marcado por un movimiento continuo de los personajes que no cesa ni en los momentos de más introspección y que tiene su eco en la propia naturaleza que los acompaña con sus claroscuros y su música ambiental.   


Cartel de la película
Esta novela también tiene su versión cinematográfica. Lajos fundó en 1939 una productora de cine con la que realizará varias películas basadas en libros suyos. La versión completa de esta novela está disponible, en versión original, en Internet en este enlace. Tal como se comenta en el blog (http://venusyjanobriga.blogspot.com.es/) podría ser muy interesante ver una de las escenas de la película y compararla con el pasaje de la novela al que hace referencia. 

Fotograma de Primavera mortal









lunes, 15 de octubre de 2012

Moral de amor


Stefan Zweig. Ardiente secreto.


Stefan Zweig

Stefan Zweig (Viena 1881, Petrópolis, Brasil, 1942) fue un conocido escritor austríaco de la primera mitad del siglo XX. Criado en una familia judía acomodada, desde un principio se dedicó a sus aficiones literarias y se creó una sólida cultura. Se licenció en la Universidad de Viena, doctorándose en Filosofía. Su origen judío lo obligó a alejarse de su hogar al comenzar la Segunda Guerra Mundial, pero nunca fue particularmente religioso ni era simpatizante del movimiento sionista. Emigró a Suiza durante la primera guerra mundial, de 1917 a 1918. De mentalidad pacifista y como intelectual comprometido, Zweig se enfrentó con vehemencia contra las doctrinas nacionalistas y el espíritu revanchista de la época. En 1936, sus libros fueron prohibidos en Alemania por el régimen nazi. Escribió  teatro, novela, poesía, periodismo, ensayo y trabajó en traducciones de autores como Paul Verlaine y Charles Baudelaire. Fue muy conocido por sus biografías, especialmente las de María Antonieta (1932), María Estuardo (1934) y Erasmo de Rotterdam (1934). Escribió también una autobiografía, El mundo de ayer, que se publicó de forma póstuma hacia 1944 en donde el autor refleja su pesar por la cultura europea que consideraba perdida para siempre.
Se le considera uno de los escritores más significativos del periodo de entreguerras y fue uno de los autores más traducidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Tras su exilio en 1934 debido a la ocupación nazi, buscó una nueva residencia en Gran Bretaña, Estados Unidos y finalmente Brasil, donde falleció. Su frustración ante lo que consideraba el fracaso de la cultura europea lo empujaron a la desesperación, suicidándose junto con su segunda esposa Lotte en Petrópolis. Sus obras han sido traducidas a más de cincuenta idiomas lo que es un fiel reflejo del enorme éxito que alcanzó entre los lectores de distintos lugares y épocas.  


Su novela Ardiente secreto (Brennendes Geheimnis) fue publicada por primera vez en 1911. La novela fue bastante elogiada por la crítica y su primera edición  diez mil ejemplares se agotó en el primer año de publicación.
La historia nos traslada a un lujoso hotel de Semmering (Austria) a donde llegan Mathilde, su hijo de 12 años Edgar y un joven barón perteneciente al funcionariado austriaco. La trama se desarrolla en este establecimiento hostelero y en su entorno y concluye en Baden.  Edgar acude con su madre a este apacible lugar para recuperarse de una larga enfermedad y entabla una relación que él considera de amistad con un barón que también se hospeda en el hotel. El chico en un principio se muestra sumiso, obediente y bastante inocente, pero esas cualidades infantiles se quedarán en el olvido cuando descubre que las verdaderas intenciones del barón están dirigidas hacia su madre. Edgar no entiende el cambio de actitud inicial del barón hacia él y menos porque su madre y el barón intentan apartarlo y quedarse siempre a solas, aunque intuye que no es por nada bueno. Las relaciones entre los tres personajes irán pasando por distintas fases, Edgar conocerá nuevos sentimientos que antes le eran ajenos y al final los acontecimientos se precipitarán hasta que un desenlace precipitado.

Ardiente secreto es un relato fundamentalmente psicológico ya que los sentimientos de los protagonistas son los verdaderos protagonistas de la historia. El autor retrata con maestría el mundo de las emociones y  sentimientos de las personas que en él aparecen. El mundo interior de los personajes con sus claroscuros es descrito con un lenguaje llano, claro,  directo, alejado de cualquier afectación estilística y de aclaraciones innecesarias.


Podemos observar en la obra alguna de las características esenciales de la obra de este autor:

  • La habilidad narrativa del autor que le permite seducir al lector desde los primeros párrafos manteniendo la intriga y el suspense hasta el final.
  • La introspección psicológica de la narración muy presente en el retrato de los personajes que están definidos más por sus rasgos psíquicos (etopeya) que físicos (retrato).
  • La delicadeza en la descripción de los sentimientos y la sobriedad pero elegancia de su estilo donde se omiten aquellos detalles que no sean esenciales para la narración.
  • Identificación con los personajes de sus obras. Sus novelas reflejan de manera extraordinaria la lucha de los hombres y mujeres  bajo el dominio de las pasiones. Las narraciones nos muestran la vida en los momentos de crisis que es donde se manifestarán los caracteres de sus personajes.   
  • La capacidad de construir una trama de la historia más trivial y trillada. Aunque el punto de partida sea poco original crea narraciones repletas de belleza y elabora melodramas de mucho lirismo.
  • Zweig es un autor muy elusivo, asoma y esconde constantemente.
  • La brevedad de muchas de sus novelas responde a que el autor reconocía que esta forma de escribir respondía a un vicio que él mismo tenía como lector: la impaciencia.


La obra tuvo una versión cinematográfica dirigida por un asistente de Kubrik, A. Birkin (Burning Secret, Gran Bretaña, 1988) e interpretada por Faye Dunaway,  Klaus Maria Brandauer e Ian Richardson. La película no consiguió plasmar la tensión dramática y emocional de la novela de Zweig y no cosechó buenas críticas.