Irène Némirovsky, El baile (1930)

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Cartel de la película "David Golder" (1930) |
Siendo una escritora que escribía en francés, reconocida e integrada en la sociedad francesa, el gobierno de este país,
sin embargo, rechazó su petición de nacionalización en 1938, en una actitud de
antisemitismo. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se
había convertido al catolicismo en 1939. Irene fue deportada a Auschwitz, donde
murió de tifus el 17 de agosto de 1942. Su marido también fue deportado a
Auschwitz y al poco tiempo de llegar, asesinado en la cámara de gas el 6 de
noviembre de 1942.
Después del arresto de sus
padres, Denise y Élisabeth Epstein vivieron escondidas durante la guerra,
ayudadas por amigos de la familia y llevando siempre la valija con los
manuscritos inéditos confiados por su madre, entre ellos la Suite francesa. Fue
publicada en el 2004. Recibió el Premio Renaudot a título póstumo.
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El baile, Ed. Salamandra. |
El baile se publicó en 1930, cuando
la autora ya empezaba a ser una escritora conocida después del éxito de su
primera novela. El baile narra el difícil paso a la edad adulta de una joven de
catorce años. La familia Kampf, gracias a un golpe de fortuna en la bolsa, se
han convertido en unos nuevos ricos que sólo buscan el reconocimiento por parte
de la alta sociedad parisina de comienzos de siglo. Sin embargo, esta situación
llena de pesar a su única hija Antoinette ya que las obligaciones y sumisiones por
parte de su madre se suceden en su nueva vida. Cuando los padres deciden
organizar un baile para presentarse ante lo más granado de la sociedad parisina
y excluyen del acontecimiento a su hija, ésta buscará la manera de vengarse de ellos,
sometiéndolos a una gran humillación.
Lo realmente significativo de
esta novela no es la historia narrada sino la visión despiadada de una sociedad
individualista, egoísta, hipócrita y malvada ejemplificada en esta familia de
nuevos burgueses. La obra denuncia los medios utilizados por estos individuos para
establecerse y llegar a ser reconocidos por sus pretendidamente iguales, sin
importarles las consecuencias. Esta anotación de la autora en la que comenta que no le
interesa reflejar los grandes hechos históricos, "sólo hay que rozarlos,
mientras se profundiza en la vida cotidiana y afectiva y, sobre todo, en la
comedia que eso ofrece", sería una excelente definición para esta novela.
La autora utiliza la ironía y el sarcasmo
para retratar el arribismo social tan presente en la mente de los nuevos ricos.
La escena donde se redactan las invitaciones para el baile deja al descubierto
las vilezas del matrimonio y de una sociedad en la que impera, por encima de
todo, las falsas apariencias y la hipocresía. La crítica social es, pues, uno
de los motivos fundamentales de esta obra aunque no el único ya que la autora plasma
de forma magistral el dolor de la joven frente al rechazo de sus padres y los
deseos de venganza que van a guiar su conducta hasta el final. De esta forma, la
necesidad de autoafirmación infantil, en su confrontación con la autoridad materna,
será otro de los motivos de la obra.
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Imagen del filme "Le Bal" (1931) |
El retrato de los protagonistas
es otro de los grandes aciertos de esta novela. La autora realiza una certera indagación psicológica de cada uno de los
personajes principales de la trama. El matrimonio Kampf es presentado como una
familia vulgar, adinerada, egoísta, narcisista, cursi que no pueden ocultar su
origen zafio cuando surge el problema. Les mueve la única ambición de
integrarse al precio que sea en las altas estructuras sociales del París de
principios de siglo. Su hija, Antoinette, marca la tensión narrativa de la
historia ya que es el contrapunto que necesita la trama para que estalle el
conflicto. Su relación con los adultos establece la pauta de la narración. El
lector es testigo desde el principio de los
sentimientos de una joven que oscilan entre el amor, el odio, la envidia, el
deseo, la frustración, el rencor. Durante el transcurso de la narración, Antoinette
descubrirá la debilidad y las deficiencias de los mayores. Madre e hija son dos
seres prisioneros de un mundo de apariencias que se encuentran solas e
incomunicadas ya que la sociedad no atiende sus demandas. El ambiguo e
inquietante final, escondido bajo un manto de falsa sentimentalidad muestra la
evolución de estos dos personajes, contribuye a definir su carácter y nos
muestra el triunfo de una joven que ha llegado a la edad adulta de forma
abrupta.
Las difíciles relaciones de Irene
con su madre son el eje central de muchas de sus novelas y esta no es una
excepción. Madame Kampf oculta a su hija
para que la sociedad no pueda saber su verdadera edad. Una parte de la crítica vio
en esta obra el deseo de la autora de saldar cuentas con una infancia infeliz, solitaria
y desdichada en donde la figura de la madre brilló por su ausencia.
Esta obra ha sido definida en
muchas ocasiones como “un prodigio de exactitud, una maquinaria narrativa que
funciona con implacable determinación”. Y esto se debe a que su argumento nos
traslada desde las primeras líneas esa tensión desasosegante e insoportable
entre madre e hija. El relato incorpora de forma gradual toda una serie de
elementos precisos (el desdén de la madre, el absentismo del padre, la forzada
resignación de la institutriz, el ritmo vertiginoso, la acción condensada, etc.)
para que el lector siga con avidez una historia que se manifiesta tensa desde el
principio hasta el ansiado final con el objetivo de retratar una sociedad y
unas conductas reflejo de un tiempo y una época en absoluto ejemplarizantes.
Algunas críticas insisten en que la
obra aborda también otras cuestiones no menores como es la religiosa, muy
presente en una Centroeuropa que veía con temor y preocupación la llegada de
Hitler al poder en Alemania. La misma familia de Némirovsky se había convertido
al cristianismo temiendo la represión contra los judíos y la familia Kampf en
la obra se convierte también al cristianismo para escalar al poder. “para
avanzar en este mundo no hay más que seguir al pie de la letra la moral del
Evangelio (…) Si te dan una bofetada, pon la otra mejilla… El mundo es la mejor
escuela de humildad cristiana.” Suspicaz la ironía de la autora hacia estos
argumentos del cristianismo en una sociedad que no vería con muy buenos ojos el
ascenso económico de algunos de los miembros del pueblo judío.
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Danielle Darrieux |
Esta obra también tuvo su adaptación al cine, consagrando a una de sus actrices, la entonces desconocida Danielle Darrieux que con sólo catorce años protagonizó esta película dirigida por Wilhelm Thiele en 1931 con el título de Le Bal.
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