miércoles, 9 de enero de 2013

Inocencia perversa


Irène Némirovsky, El baile (1930)

Irène Némirovsky fue una escritora ucraniana nacida el 11 de febrero de 1903 en Kiev y fallecida el 17 de agosto de 1942 en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, en Polonia. Hija de un banquero judío recibió una educación exquisita, aunque tuvo una infancia infeliz y solitaria.Fue educada por una institutriz francesa. Era políglota, dominando, además del francés y el ruso, el polaco, el inglés, el euskera, el finés y el yiddish. Vivió durante parte de su vida en Francia y sus obras se escribieron en francés. Tras huir de la revolución bolchevique, después de unos años escondidos en Estocolmo, los Némirovsky llegaron a Francia en 1919 donde Irène obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona. 


Cartel de la película "David Golder" (1930)
A los 18 años comenzó a escribir. Se casó con un banquero y en 1929 envió su primer novela, David Golder, a la editorial Grasset dando comienzo a una brillante carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. . De esta novela se hicieron en 1930 adaptaciones para el teatro y el cine. Irène Némirovsky se transformó en consejera literaria y amiga de autores como Joseph Kessel y Jean Cocteau.

Siendo una escritora que escribía en francés, reconocida e integrada en la sociedad francesa, el gobierno de este país, sin embargo, rechazó su petición de nacionalización en 1938, en una actitud de antisemitismo. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se había convertido al catolicismo en 1939. Irene fue deportada a Auschwitz, donde murió de tifus el 17 de agosto de 1942. Su marido también fue deportado a Auschwitz y al poco tiempo de llegar, asesinado en la cámara de gas el 6 de noviembre de 1942.
Después del arresto de sus padres, Denise y Élisabeth Epstein vivieron escondidas durante la guerra, ayudadas por amigos de la familia y llevando siempre la valija con los manuscritos inéditos confiados por su madre, entre ellos la Suite francesa. Fue publicada en el 2004. Recibió el Premio Renaudot a título póstumo.


El baile, Ed. Salamandra.
El baile se publicó en 1930, cuando la autora ya empezaba a ser una escritora conocida después del éxito de su primera novela. El baile narra el difícil paso a la edad adulta de una joven de catorce años. La familia Kampf, gracias a un golpe de fortuna en la bolsa, se han convertido en unos nuevos ricos que sólo buscan el reconocimiento por parte de la alta sociedad parisina de comienzos de siglo. Sin embargo, esta situación llena de pesar a su única hija Antoinette ya que las obligaciones y sumisiones por parte de su madre se suceden en su nueva vida. Cuando los padres deciden organizar un baile para presentarse ante lo más granado de la sociedad parisina y excluyen del acontecimiento a su hija, ésta buscará la manera de vengarse de ellos, sometiéndolos a una gran humillación. 

Lo realmente significativo de esta novela no es la historia narrada sino la visión despiadada de una sociedad individualista, egoísta, hipócrita y malvada ejemplificada en esta familia de nuevos burgueses. La obra denuncia los medios utilizados por estos individuos para establecerse y llegar a ser reconocidos por sus pretendidamente iguales, sin importarles las consecuencias. Esta anotación de la autora en la que comenta que no le interesa reflejar los grandes hechos históricos, "sólo hay que rozarlos, mientras se profundiza en la vida cotidiana y afectiva y, sobre todo, en la comedia que eso ofrece", sería una excelente definición para esta novela. 
La autora utiliza la ironía y el sarcasmo para retratar el arribismo social tan presente en la mente de los nuevos ricos. La escena donde se redactan las invitaciones para el baile deja al descubierto las vilezas del matrimonio y de una sociedad en la que impera, por encima de todo, las falsas apariencias y la hipocresía. La crítica social es, pues, uno de los motivos fundamentales de esta obra aunque no el único ya que la autora plasma de forma magistral el dolor de la joven frente al rechazo de sus padres y los deseos de venganza que van a guiar su conducta hasta el final. De esta forma, la necesidad de autoafirmación infantil, en su confrontación con la autoridad materna, será otro de los motivos de la obra.

Imagen del filme "Le Bal" (1931)
El retrato de los protagonistas es otro de los grandes aciertos de esta novela. La autora realiza una certera  indagación psicológica de cada uno de los personajes principales de la trama. El matrimonio Kampf es presentado como una familia vulgar, adinerada, egoísta, narcisista, cursi que no pueden ocultar su origen zafio cuando surge el problema. Les mueve la única ambición de integrarse al precio que sea en las altas estructuras sociales del París de principios de siglo. Su hija, Antoinette, marca la tensión narrativa de la historia ya que es el contrapunto que necesita la trama para que estalle el conflicto. Su relación con los adultos establece la pauta de la narración. El lector es testigo desde el principio de  los sentimientos de una joven que oscilan entre el amor, el odio, la envidia, el deseo, la frustración, el rencor. Durante el transcurso de la narración, Antoinette descubrirá la debilidad y las deficiencias de los mayores. Madre e hija son dos seres prisioneros de un mundo de apariencias que se encuentran solas e incomunicadas ya que la sociedad no atiende sus demandas. El ambiguo e inquietante final, escondido bajo un manto de falsa sentimentalidad muestra la evolución de estos dos personajes, contribuye a definir su carácter y nos muestra el triunfo de una joven que ha llegado a la edad adulta de forma abrupta.

Las difíciles relaciones de Irene con su madre son el eje central de muchas de sus novelas y esta no es una excepción.  Madame Kampf oculta a su hija para que la sociedad no pueda saber su verdadera edad. Una parte de la crítica vio en esta obra el deseo de la autora de saldar cuentas con una infancia infeliz, solitaria y desdichada en donde la figura de la madre brilló por su ausencia.

Esta obra ha sido definida en muchas ocasiones como “un prodigio de exactitud, una maquinaria narrativa que funciona con implacable determinación”. Y esto se debe a que su argumento nos traslada desde las primeras líneas esa tensión desasosegante e insoportable entre madre e hija. El relato incorpora de forma gradual toda una serie de elementos precisos (el desdén de la madre, el absentismo del padre, la forzada resignación de la institutriz, el ritmo vertiginoso, la acción condensada, etc.) para que el lector siga con avidez una historia que se manifiesta tensa desde el principio hasta el ansiado final con el objetivo de retratar una sociedad y unas conductas reflejo de un tiempo y una época en absoluto ejemplarizantes.


Algunas críticas insisten en que la obra aborda también otras cuestiones no menores como es la religiosa, muy presente en una Centroeuropa que veía con temor y preocupación la llegada de Hitler al poder en Alemania. La misma familia de Némirovsky se había convertido al cristianismo temiendo la represión contra los judíos y la familia Kampf en la obra se convierte también al cristianismo para escalar al poder.  “para avanzar en este mundo no hay más que seguir al pie de la letra la moral del Evangelio (…)  Si te dan una bofetada, pon la otra mejilla… El mundo es la mejor escuela de humildad cristiana.” Suspicaz la ironía de la autora hacia estos argumentos del cristianismo en una sociedad que no vería con muy buenos ojos el ascenso económico de algunos de los miembros del pueblo judío. 


Danielle Darrieux

Esta obra también tuvo su adaptación al cine, consagrando a una de sus actrices, la entonces desconocida Danielle Darrieux que con sólo catorce años protagonizó esta película dirigida por Wilhelm Thiele en 1931 con el título de Le Bal


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