martes, 6 de noviembre de 2012

Ilusoria amistad

El último encuentro (1942) Sandor Marai.



Sándor Márai. Periodista y escritor húngaro, está considerado como uno de los grandes escritores en lengua húngara de todos los tiempos y una de las figuras claves en la literatura europea de entreguerras. Su biografía y su obra tiene grandes similitudes con Stefan Zweig y además en su obra podemos encontrar ecos de autores como JosephRoth, o incluso de Thomas Mann
Nació en 1990 en Kassa, una pequeña ciudad húngara hoy perteneciente a Eslovaquia. Descendiente de una familia acomodada de origen sajón, su padre era juez y político, Sándor   estudia humanidades y literatura en la Universidad de Budapesty  y a partir de 1918 trabaja como editor y crítico literario en esta ciudad. Un año después se instala en Leipzig donde estudia periodismo y ejerce de redactor en varias publicaciones.
Durante la década de los años 20 Márai, disconforme con el gobierno del simpatizante fascista Miklós Horthy, vive un exilio voluntario entre Alemania y Francia. En París convive con algunos de los representantes más destacados de las vanguardias estéticas del momento. Al derivar Europa hacia el fascismo con la subida al poder de Hitler, Marai, casado desde los 23 años con una dama judía, a la que amó profundamente durante sesenta años, decidió que era el momento de partir al exilio. 

En 1928 se instaló en Budapest donde empieza a escribir y publicar novelas, con gran éxito. Aunque alabó los Acuerdos de Viena, escribió contundentes artículos en contra del nazismo y se declaró "profundamente antifascista", algo poco recomendable en la Hungría del momento pero que le hizo crearse un público favorable a su retorno. No obstante, su inmensa fama lo tuvo a salvo de represalias de calado.
Cuando en 1948 el ejército soviético invadió Hungría Sándor, que también era contrario a los regímenes comunistas, fue declarado escritor decadente y burgués y sus libros fueron prohibidos. Abandona, entonces, su país harto del totalitarismo para exiliarse primero en Suiza y después en Italia. Entre 1948 y 1967 Márai colaboró en la Radio Free Europe. La prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea. Así, habría que esperar varios decenios, hasta la caída del comunismo en los países del Este, para que este escritor fuese redescubierto en su país y en el mundo entero. En 1968 se instaló definitivamente en la localidad californiana de San Diego. Se quitó la vida en esta ciudad en 1989, pocos meses antes de la caída del muro de Berlín.


Tras iniciar su carrera escribiendo en alemán, Márai decidió usar su lengua natal para desarrollar su obra literaria. Aunque Sándor Márai destacó sobre todo por su obra narrativa, también escribió poesía, teatro y ensayo, además de múltiples colaboraciones periodísticas, entre las que se encuentran algunas de las primeras reseñas sobre las obras de Franz Kafka. De estilo realista y descarnado, se le comparó con Mann y Zweig, disfrutando de gran éxito en toda Europa durante los años 30.
En sus novelas Marai analiza la decadencia de la burguesía húngara durante la primera mitad del siglo, en títulos como Divorcio En Buda (1935), La herencia de Eszter (1939), La AmanteDe Bolzano (1940) o El último encuentro (1942) Además, sus diarios y memorias Confesionesde un burgués (1934) y ¡Tierra, tierra! (1972), resultan indispensables para conocer la Hungría invadida por alemanes o soviéticos en la primera mitad del siglo XX.



El último encuentro es una novela corta que narra el reencuentro de dos amigos después de cuarenta y un años de distanciamiento, luego de haberse tratado como hermanos desde pequeños, cuando compartían internado en una escuela militar. La acción se desarrolla durante una cena en una apartada mansión del campo en la que los personajes analizan lo que ha sido su vida. Y, sobre todo, el papel desempeñado en su relación por la mujer de uno de ellos, ya muerta. La novela está ambientada en un imperio austro-húngaro ya en decadencia.

El tema principal de la obra es la amistad ya que todo gira en torno a esta. Esta novela ha sido definida muchas veces como un “alegato a favor de la amistad”. Pero en la obra nos encontramos con muchos otros temas como la verdad, el honor, la fidelidad, la culpabilidad, la traición, el amor, el valor, etc. aspectos todos ellos que nos dirigen a lo más profundo del alma humana.

Los protagonistas de la novela son dos amigos que comparten en su juventud vivencias y un futuro profesional común. Sin embargo, las diferencias sociales y un carácter muy diferente crean entre ellos una muralla difícil de salvar. Además, estos dos personajes tienen anhelos muy distintos. Kònrad es un espíritu artístico que ansía una vida ligada al arte, a la música y que se ve prisionero en un mundo de rígidas y ancestrales costumbres sociales y militares. Es un personaje atormentado que no se ve capaz de romper las ataduras que le ha creado su familia de ascendencia noble pero venida a menos.  Henrik es el contrapunto de su amigo. De nobilísima ascendencia, aspira a perpetuar sus privilegios de clase y a vivir de acuerdo con los ideales de su padre. Pero ambos personajes admiran y envidian en muchos momentos lo que otro posee.

Kònrad emprenderá un viaje errante que lo llevará por exóticos países mientras que Henrik esperará paciente en su decadente mundo el regreso del amigo para llegar a una verdad que ni él mismo sabe si quiere averiguar. Los dos contemplarán el ocaso de una sociedad y de un mundo (el imperio austro-húngaro) que ya no volverá a ser el mismo.

Aunque los personajes protagonistas son los dos amigos, en la obra nos encontramos una galería imborrable de personajes femeninos que se nos muestran en las figuras de Kriztina, la sirvienta Niní o la madre de Henrik.

La forma que adopta la obra es la de un diálogo entre dos personajes aunque en realidad a lo que asistimos es a un largo monólogo de uno de los personajes ya que el otro es un mero interlocutor que simplemente mantiene en pie la conversación desde la recepción del discurso. Y será en este largo monólogo en el que se desgranen todos los temas de la novela y conozcamos los recovecos más íntimos y las pasiones del alma de los protagonistas. En el último encuentro encontramos muchos de los rasgos característicos propios de la obra de Sandor Marai, esto es:

             
Sándor Marai, al igual que Zweig o Zilahy es magnífico explorador de las pasiones de la naturaleza humana que en sus obras va desmenuzando lentamente según transcurre la narración. Las novelas del autor son estupendos retratos psicológicos de sus personajes.

La narración es lenta, demorada, con parlamentos largos y pensamientos reiterados que provocan la reflexión del lector sobre los aspectos más diversos de la condición humana.

El autor es una gran retratista de pasiones pero también de escenarios y de ambientes. Las descripciones son tan pormenorizadas y detallistas en toda la obra que las escenas se presentan ante el lector de forma muy vívida y realista.

Su estilo es realista y descarnado. El  lenguaje que utiliza es preciso, rico en matices y sugerencias, adecuado a las emociones y carácter de los personajes.

El sabio manejo de los tiempos de la narración lleva al autor a graduar la historia en un tiempo in crescendo que mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Su obra es el reflejo de una sociedad en decadencia que ha perdido los tradicionales  valores del respeto, la dignidad, la fidelidad y el honor  y que se encamina inescrutablemente hacia una decadencia que marca el declive de una época pero también de todo un mundo y un siglo.

La teatralidad de esta obra es también un rasgo muy significativo de otras novelas del autor que sustentan su estructura en uno de los pilares de la dramaturgia, el diálogo o la suma de monólogos que es esta obra.


Para terminar una cita del libro que podría ser cualquier otra ya que la novela está plagada de frases y párrafos extraordinarios que nos invitan a reflexionar sobre la condición humana y las relaciones que se establecen entre las personas:

https://www.youtube.com/watch?v=mNR1OAG1x8k&feature=related
“¿Qué queda en nuestros corazones? –pregunta el invitado.
- La otra pregunta –responde el general, sin soltar el picaporte-. Y la otra pregunta se reduce a saber qué ganamos nosotros con toda nuestra inteligencia, con toda nuestra vanidad y con toda nuestra superioridad. […] Pero en el fondo, quizás el último significado de nuestra vida haya sido esto: el lazo que nos mantuvo unidos a alguien, el lazo o la pasión, llámalo como quieras. ¿Es ésta la pregunta? Sí, ésta es. Quizás que me dijeras –continúa, tan bajo como si temiera que alguien estuviera a sus espaldas, escuchando sus palabras- qué piensas de eso. ¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano? ¿Qué así de profunda, así de malvada, así de grandiosa, así de inhumana es una pasión? Respóndeme, si sabes responder –dice elevando la voz, casi exigiendo.
-¿Por qué me lo preguntas? –dice el otro con calma-. Sabes que es así.”


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